LA DECLARACIÓN DE INDEPENDENCIA EN QUECHUA Y EN AYMARA
Ricardo Gabriel Abduca
La imprenta Gandarillas de Buenos Aires publicó en agosto de 1816 los primeros ejemplares de la declaración de independencia resuelta el nueve de julio por el congreso reunido en Tucumán tras varios meses de sesión. Imprimió mil quinientos ejemplares en castellano, quinientos en aymara y mil en quechua.
Se atribuye a los mismos congresales la iniciativa de imprimir en tres idiomas, en particular a aquellos electos por el Alto Perú. Éstos residían entonces en las ciudades del actual norte argentino, pues en esa etapa de la guerra sus representados altoperuanos estaban bajo control español. Eran los chuquisaqueños Malabia, Serrano y Sánchez de Loria, el cochabambino Pedro Ignacio Rivera y el salteño Pacheco de Melo, quien era párroco de la localidad chicheña de Livi-Livi, en el área de influencia de la hacienda del marqués de Tojo. Se atribuye la redacción del texto quechua al congresal José Mariano Serrano, pero esta afirmación merece sopesarse mejor. También suele verse en esta edición en lenguas originarias andinas un fruto de la actividad del partido “incaico”, es decir, de aquellos que, como Belgrano, querían ver a un inca de sangre (pariente de Tupaq Amaru Condorcanqui o a algún otro) gobernando a las Provincias Unidas desde el trono. Esto es impreciso: la importancia que entonces tenían las lenguas indígenas excede al cometido de la rama incaizante del carlotismo. Hay que ver que estamos hablando de lenguas de masas que todavía se hablaban en muchas de las Provincias Unidas. Esta proclama no es sino una parte de los textos en lenguas originarias (los citados, y también el guaraní) que circularon en el proceso de independencia argentina.
El investigador cordobés Rumi Ñawi publicó una investigación pionera sobre estas proclamas en 1986 –de la cual existe una versión de 2003 en la página virtual del Centro de Investigaciones Lingüísticas Ricardo Nardi. Una copia del texto quechua, prácticamente completa, fue editada por primera vez por Domingo Bravo en 1956 (págs. 22-24, n.). Fue reproducida, acompañada de una transcripción más acorde a las tendencias actuales de escritura del idioma, en el sitio virtual de ADILQ.
De dichos quinientos y mil ejemplares, sólo llegaron hasta nuestros días dos o tres en quechua y uno en aymara. Fueron reproducidos en un libro de Bonifacio del Carril, acompañados de una interesante investigación detectivesca sobre las primeras ediciones de la Declaración. Este libro es la fuente de nuestra reimpresión. Cabe decir que Del Carril traspapeló los textos: a la primera página del texto aymara siguen tres páginas en quechua, y viceversa. Esta reproducción restituye el orden correcto.
Libros citados
Bravo, Domingo: 1956. El quichua santiagueño. Reducto idiomático argentino. Universidad Nacional de Tucumán.
del Carril, Bonifacio: 1966. La declaración de la Independencia. Buenos Aires, Emecé.
Páginas de la red
http://usuarios.arnet.com.ar/yanasu/ Asociación de Investigadores en Lengua Quechua. Tucumán.
Rumi Ñawi 2003: “Documentos y proclamas en lenguas amerindias en la época de la Independencia”. http://www.cil-nardi.com.ar/ Centro de Investigaciones Lingüísticas “Ricardo Nardi”. Córdoba.
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Ver en adjunto los ejemplares faximilares del acta de declaración de la independencia en quecha y en aymara